martes, 29 de noviembre de 2011

Sin venir a cuento


Un día casi sin venir a cuento,
te perderás entre los recovecos de mi memoria
desaparecerás
como lo hace la bruma cuando avanza el día.
como lo hace el calor cuando llega el otoño.
y tú, dentro de mí, no serás más que un minúsculo porcentaje incierto,
de inocencia perdida,
en manos de una mujer
y tú, ajena a las palabras que se perdieron
sonreirás disfrutando cada uno de los besos que te diste.
mientras tanto, en la espera de ese día
me lloro en la cama hasta quedarme dormido,
me duermo antes de masturbarme por no pensar en ti.
en nosotros.
me quedo despierto queriendo escribirte las palmas de las manos,
los surcos de la noche en que nos vimos
las horas de la calma y la ansiedad con que vivimos cada sílaba.
y trabajo, sin más
y sin menos,
y me vivo sin la desgana, de haberme querido de lejos,
aburrido de haberte aburrido, aunque sólo fuera un beso
aunque solo fuera un porcentaje minúsculo incierto.
y trabajo, sin quererlo.
y vivo sin más, con más desgana que querencia.
agradecido de agradecerte.
que me hicieras mejor persona
algún día, pasarás a la historia indivisible de mi consciencia,
Hasta entonces, me arrepiento
de no haberme conocido lo suficiente. 

lunes, 7 de noviembre de 2011

dando tumbos por madrid


tal vez se antoje precipitada
mi total disposición a negociarte
las palabras que te guardo
en mi tiempo de castigo indefinido
 inmerecido, para ambos
tal vez no te eché de menos cuando pude
y ahora que no lo hago lo extraño
extraños de la mano,
dando tumbos por madrid
de camino al aeropuerto
que no me esperará más,
ni a ti.
tal vez se nos olvide
aunque no debe
que nos debemos todo el tiempo del mundo
para bebernos el mundo a un tiempo
mientras damos tumbos por madrid
tal vez se antoje precipitada,
mi total disposición a negociarte
los sonetos en la cama con las manos,
las pisadas en la playa de tu espalda
el abrigo de la brisa de tus labios
quizás suene atrevido, no lo sé
que todos mi tratos conmigo
pasan por esperar a que vuelvas
pasan por cumplir a rajatabla
cada uno de los tratos que hemos hecho
y cuando quieras,
levantes mi castigo inmerecido
indefinido para ambos
tal vez se antoje precipitada
mi total disposición a negociarte
las visitas a berlín
a conocernos
los minutos de estación improvisados
las inciertas despedidas en un coche.
tal vez se antoje precipitada,
mi total disposición
innegociable.