miércoles, 26 de junio de 2013

La última vez que me besaste
el verano había concentrado todo su calor en aquel patio
Y Eduardo Mendoza se nos había metido por los oídos,
con más pena que gloria. 
- Me gustó más la primera- dijiste 
y mi mente se trasladó a un San Juan en Barcelona, 
que sin ti es un pueblo. 
La última vez que me besaste nadie tocaba el violín, 
ni una maldita florecita, ni un arco iris sobre mí.
Y tu sonrisa era la última de tantas veces. 
Ha llovido desde entonces, 
yo creo que más que nunca, 
tal vez nunca vuelva a hacer el mismo calor de aquel verano, 
o que las última veces, acaben siendo la última
de repente.
- Este es el último poema que te escribo- Me he dicho tantas veces. 
Y aquí sigo. 
Ahora ya he perdido la esperanza
de olvidarte incluso, 
para qué si siempre vuelves
aunque solo sea a mi memoria
La última vez que me besaste
se quedaron miles de poemas incompletos
tal vez como este. 

domingo, 26 de mayo de 2013

Futuro impertecto

aún te queda valor para llamarme
como si tu imagen se hubiera diluido
entre las hojas del calendario
como si el viento hubiese llenado de polvo
los puntos de mis cicatrices.

aún me queda valor para llamarte,
hace tiempo que sé que no respondes
como si mi cara se hubiese diluido
entre las sábanas de otro calendario.

ya ni siquiera conozco tu voz.

ayer soñé contigo, y me besabas
aún eres capaz de recorrer el calendario
hasta en mis sueños, para dolerme.
yo lo recorro hacia adelante
buscando el día en que tus manos
ya no me susurren por la espalda.
el día en que me dé cuenta
de que ser feliz era esto:
el futuro imperfecto.

tal vez allí te olvide,
olvidaré que mi sonrisa
se parecía demasiado a tu perfume
que mi mirada
se parecía demasiado a tus manos
olvidaré que mi ritmo
se parecía demasiado a tu piel

aprenderé nuevas palabras
que espero
no sepan atarte los vestidos
caducaré en los besos que quieran darme
aunque ya no me hagan falta
y dormiré abrazado al amor pensándote en el sexo.

necesitaré más de un vals para olvidarte
y la ciudad parecerá un mundo
del que seguramente huya.

le he puesto tu nombre a mi nostalgia

aún te queda valor para llamarme
y a mí me lloran las palabras cuando te escucho
así que se te llenó la casa de silencios
la mía ya lo estaba

- cómo estás? preguntabas.
tratando de olvidarte, así estoy.
- bien.-  contesto yo  -como siempre.
a nadie le importa ya este presente imperfecto


martes, 7 de mayo de 2013

El poema que se acabó llamando como tú.


siempre pensó que ninguno de mis poemas llevarían su nombre,
o se escribirían en sus letras, al calor de sus sonrisas, con versos salidos
de un probador en una tarde de viernes.

no te sientas obligado, me dijo.
pobre mía, como si con un verso, y encima de los míos
pudiera pagarle todas las deudas que tengo con ella
como si ciertas miradas pudieran apagarse con la obligación
y algunos versos.

podía hacer el amor en cualquier lado,
a veces lo hacía en la cocina, y lo llamaba tiramisú.
a veces lo hacía en papel cuando escribía bonito,
porque lo hacía, muy bonito
algún día, ingrato de mí, tal vez olvide sus letras,
su cara, y puede que tal vez,
olvide cómo hacía el amor en la cocina.
me inventaré entonces su nombre, y la llamaré Laura,
como hace Ernesto
para que alguno de mis poemas se llame como ella.

no te sientas obligado, me dijo,
pobre mía, como si en un par de besos,  y encima de los míos,
cupiera todo el amor que le ponía a las cosas.
yo que nunca supe hacer nada con amor,
lo mejor que pude hacer fue salirme de su vida,
eso sí, el día que aprenda, lo llamaré tiramisú
y a este poema, que nunca fue obligado

lo llamaría Laura. 

martes, 30 de abril de 2013

Por qué correr cuando nadie te persigue?


De perder la ilusión, eso contestó; bajó la mirada y su recuerdo viajó hasta Budapest, donde su ilusión había tratado de perderse durante algún tiempo, luego levantó la mirada y me sonrío, siguió cenando.

Yo empecé a correr, pero tiempo después, cuando ella ya se me había agarrado por dentro, cuando ya me lloraba encima cada noche desde el día en que se fue. Comencé a correr como si todos sus recuerdos me persiguieran, como si tratase de huir de mí mismo, comencé a correr sin ser consciente de que su mirada hacía tiempo que había dejado de querer seguirme.

Por qué correr cuando nadie te persigue? No saben que es su mirada la que me empuja en cada paso, que su olor me encharca los pulmones si me quedo, que su sonrisa me atraviesa el pecho casi sin querer si no me muevo, y corro, y corro más, más lejos, y más fuerte. Y aún así, me duele, y sigo corriendo.  

Y tú de qué tienes miedo, preguntó, esta vez sin levantar la mirada; tragué saliva, seguí cenando. 

lunes, 22 de abril de 2013

Maldita primavera


No sé si odiarte por no dolerme
O quererte por no saber llorar junto a tu nombre
Si romper tu timidez en dos orgasmos
O si huirte antes de que a tu sonrisa
Se le instale el invierno de mi ego
No sé si fumarme todo el humo de tu boca
O cambiarlo por el vaho de mis cristales
Si acogerte en mi vacío permanente
O decirle a mi memoria que te borre

En algún momento junto a ti he dejado
De ser un tullido emocional
Y eso me asusta
Por eso no sé si guardarte las palabras
Junto a los besos de la mesilla de noche
Si traicionarme a mí mismo siendo un feliz
Cualquiera
O si descubrirme que la vida sin ella era esto

No sé si dolerme por no odiarte
O si invitarte a pasar a mis delirios de grandeza
No sé si esconderte en el fondo de mi armario
O follarte hasta que a mis huellas dactilares
No les queden ganas de aferrarse a otros recuerdos

No sé si quererte por no saber llorar junto a tu nombre
O pedirte que te vayas

martes, 19 de marzo de 2013

La puerta tras de mí


Fue más fácil
Descabalgar de su conciencia
Que abrochar el último botón de mi camisa
Dejar a un lado mis delirios de grandeza
Que atar la última lazada de mis cordones

Fue más fácil
contarle su historia
a historias ajenas
Que cerrar la puerta tras de mí
pensando que ella volvería
Está claro que no ha vuelto, aunque aún miro al horizonte
De vez en cuando
Un horizonte lleno
De cuerpos que he ido dejando en la cuneta
Incluido el mío
Ya no me duele tu ausencia,
cuando me miento

Fue más fácil
Absolverme los pecados
que dejé para mañana
que renunciar a buscarte al final de mi calle
que ha olvidado tu nombre antes que yo,
y prefiero no escribir si no me miras
a mirarme en el vacío y no encontrarte una vez más
porque sólo se escribir cuando me dueles
por más que sepa, que mi sonrisa hilvanada
ya no sonríe al pasado
y que las palabras bordadas en mi lengua
descosan el estampado de otras faldas,
de otros colores fuertes
y me abrochen los botones que me faltan,
y me hagan la maleta para huirte
tan lejos como pueda.
Una vez más

miércoles, 13 de febrero de 2013

domingo, 3 de febrero de 2013

lo que te escribiría si no me censuraras


releo tu poema y pienso en ella
en su ausencia
tan grande como mi ego
tan triste como mis delirios
de grandeza.

releo tu poema y mientras
te canta andrés suárez
versos que llevan mi nombre
ella viene a anclarse a mi recuerdo
para siempre
una vez más.

-te cansarías de mí- eso dijo
y se fue.

releo tu poema y siento en ella
y vuelve su caricia para sonreírme
porque ella, sólo ella
es el piropo más bonito
que nadie me dijo nunca.
releo lo que escribes
si no te censuraras
y creo que te odio,
por recordármela tanto,
por recordarme
esta forma de desaparecer tan vuestra. 

te releo desnuda en tu poema
y te imagino en una habitación de hotel
sin tu permiso
mientras pienso que hace demasiado
que nadie me desnuda
mirándome a los ojos.
que hace demasiado
que la tengo de hambre
y la duermo en ayunas
y que la llamo, una y mil veces
para luego quedarme callado.

- te cansarías de mí- antes de irse
y el piropo más bonito que nadie me dijo nunca
se fue.

releo tu ausencia de poema y pienso en ella
porque no me quedan besos que robarle
ni arpegios en su sonrisa
ni ego en mi mirada.

- te cansarías de mí- y aquí sigo

martes, 15 de enero de 2013

lo que tras mirarte queda


Deberías estar marcada en rojo en el calendario, como una fiesta de guardar, como un punto de luz en medio del océano, para avisar a navegantes, que tras de ti, nada será lo mismo.

Para decirles, que todos los besos que te sucedan sabrán a todo menos a beso, o al revés, que todos los besos saben distintos cuando son tuyos.
 
Deberías saber, si no lo sabes, que aún no puedo arrepentirme de ser esta estatua de sal que queda tras mirarte; que si de algo me arrepiento, es de no haberte vivido lo suficiente.

Recuerdo que fue un día, uno corriente, entre el cabracho y los postres, tú lanzaste una pregunta de las tuyas: - qué quieres hacer antes de morirte?- Vivir fue mi respuesta.  Y estaba equivocado.  Tal vez pequé de ambicioso, tal vez de atrevido o simplemente tal vez de ingenuo.

Con el tiempo he conseguido darme cuenta, de que me habría bastado con dormir de vez en cuando en tus labios, o con mecerme algunas tardes de otoño en tus palabras; tal vez habría sido suficiente besarte algún suspiro que arropara mis delirios de grandeza, o vivirte, sí, quedarme a vivir en tu sonrisa.
Hace tanto que te has ido, que he dejado de llorar al masturbarme. 

Me he vuelto un conformista  -Y eso no te lo perdono.- Un indolente viejo verde convencido de que detrás de ti, no queda apenas nada.

Deberías estar marcada en rojo en el calendario, en rojo y con una nota al pie; para que quien quiera arriesgarse a bucear en tu mirada,  pueda saber lo que tras mirarte queda.