lunes, 23 de julio de 2012

para tus noches de insomnio


ni siquiera te fuiste de repente
te fuiste de a poquitos
llevándote un verso en cada viaje
en cada huida hacia adelante,
te llevaste las sonrisas y los versos
y sólo dejaste palabras llenas de mugre
que acumulan vértigos en un cajón
al fondo del armario

mientras mis manos se llenan de polvo
mientras tu recuerdo se pasea desnudo
por las ruinas de mi conciencia
mientras tu aroma se ha convertido en un ribera del duero
ahora que dueles
ahora que los precálculos llenaron de vacío mi codicia.

ni siquiera te fuiste de repente
y mientras regalabas tu olor a otros suspiros
yo me fui llenando de vértigos
y mis palabras de mugre
vértigo de mirarme al vacío sin ti
y no verte
vértigo de  acabar llamando a otra por tu sonrisa,
o de morirme de frío cuando diga tu nombre
de morirme de adiós cuando note tu ausencia
o de llorarme encima si sueño contigo.

aún puedo deletrear entera tu sonrisa
aún me tiemblan las manos si huelo tu nombre
aún recuerdo el sonido de tus besos
y aún me sé de memoria las arrugas de tu cama

me encantas, me encantas a pesar de haberte ido de a poquitos
a pesar de llevarte mis latidos
y mis ganas de escribir
me encantas a pesar de que mis palabras
llenas de mugre y de polvo
nunca supieran poner
un acorde con cejilla

ahora, tu vida tiene menos ilusión pero más sentido
mis palabras se llenan de mugre al fondo de un armario
esperando, como siempre,
a que recorras el camino de vuelta. 

viernes, 6 de julio de 2012

La sirena de piernas infinitas


se llamaba Leonor y era sirena
una de esas de verdad
capaz de bucear por tu cabeza
casi sin proponérselo
sus piernas medían cuatro o cinco suspiros
algunos días incluso más

se llamaba Leonor y era poema
le quedaba bien a todas las faldas
y mal a todas las conciencias
incluida la mía
le quedaba bien a todos los colores
sobre todo si acababan en deseo

se llamaba Leonor y era flamenco
flamenco por alegrías
sus piernas medían tres o cuatro silencios
de un compás de doce tiempos

se llamaba Leonor y era sonrisa
una de esas capaces de extinguir…
bueno, ustedes ya me entienden
sus piernas medían dos o tres atardeceres
cuatro,  si los pasabas sin ella

se llamaba Leonor y la música
le bajaba por los tobillos
bailando mariposas
un día, uno de esos en los que ya no deberían quedar más dinosaurios
le confesé que sus piernas se merecían un relato
aunque en realidad pensara
que se merecían un libro

se llamaba Leonor
y era sirena