viernes, 18 de diciembre de 2020

Resaca

Tenía 17 años

y durante 3 días, el aire me faltaba

al acostarme,

me prometí que era la última

y acabó siendo la primera

de otras tantas, promesas incumplidas

prometo que mañana empiezo

prometo que vuelvo a Alex

(que, por cierto, ya es historia)

o a Patricia, o a como se llame el nuevo

Prometo que puedo vivir sin ti, pero no quiero

Que mañana lo dejo

Que sacaré rabia en las derrotas

Promesas que nunca valen nada

 

Han pasado 20 años,

Ahora me sobra el aire,

Al acostarme,

O me quema,

Pero la asfixia es la misma

Prometo dolerme menos,

Prometo olvidarte más,

Maldecir un poco esta dulzura tuya

Bueno, eso ya ni lo prometo

Prometo volver a quererme

como me quería cuando estaba contigo

como cuando bastaba un vino,

y un queso,

o unas pipas

de calabaza

para arreglar el mundo,

dejar de llorar al recordarte

Prometo volver a ser feliz

como cuando ser feliz era fácil

como cuando no te escribía

prometo volver a ser yo,

como cuando ser yo, no dolía

prometo dejar de arrepentirme

de quejarme

de fustigarme

de odiarme

prometo no buscarme en el pasado

para huirme del futuro

Prometo dejar de prometer

Incluso que esté será tu último poema

Promesas que no valen nada

 

Tenía 17 años

y durante 3 días, el aire me faltaba

al acostarme

durante más de veinte años creí

que era la peor resaca de mi vida

hasta hoy

viernes, 24 de julio de 2020

No hay mejor, si no es contigo


el nuevo se llama Alex
y aunque lleva el mismo camino que Patricia
he decidido no mentirme delante de él
nunca espera respuesta
tras preguntarme como estoy
tal vez por qué la sepa
le he contado que en realidad no quiero que dejes
de dolerme
para no morir por dentro
eso, y que todos mis miedos empiezan donde acabas tú
bueno, y lo de quedarme a vivir en la nostalgia
aún no me ha pedido que te olvide
creo que es una batalla
que no quiere perder
dice que me da miedo la incertidumbre
como si yo no lo supiera
y que tú eres mi única certeza.
y así nos va
aunque no lo parezca, estamos mejor que hace un año
dices tú.
yo sigo escribiendo aquí como terapia
mientras pago a otro porque escuche
mis delirios de grandeza
creo que es más fácil perseguir el recuerdo de tu recuerdo
que buscarme a mí mismo
no es que te quiera
es que sólo cuando he estado contigo
me he querido yo
el nuevo se llama Alex
y aunque lleva el mismo camino que patricia
he decidido no añorarte delante de él
aún no le he contado
lo de esta maldita dulzura tuya
ni lo de tirar a la hoguera los archivos
llevamos 5 sesiones
hoy ha sido el primer día que no le he hablado de ti
dice que no ve rabia en mis derrotas
como si me rindiera de rendirme
como si fuéramos el resultado de nuestros fracasos
y mi mayor fracaso soy yo
por eso no, yo no estoy mejor que hace un año
porque no hay mejor si no es contigo
pero me alegro mucho por ti

domingo, 26 de enero de 2020

insana dependencia


decir tu nombre
es renunciar a ganarle al olvido
es perder la batalla a vida o muerte
con la nostalgia
quererte con desprecio
odiarme con ansia
es quemarme
por coger los archivos de la hoguera.
tenemos una (in)sana dependencia
eso decías
y lo dices sin saber
que no hay mayor enfermedad que añorarte
que estar sin ti
soy lo peor que me ha pasado en la vida
que hay más versos en un adiós tuyo
que en un “tequiero” cualquiera.

tal vez vuelva a Patricia
tal vez vuelva y le diga
que el término medio contigo
me sabe a poco
me sabe a nada
que el término medio conmigo
me sabe a demasiado
que rodee tu nombre con un corazón
y que ya no sé si no quiero
o no puedo
empezar mañana

tal vez vuelva y le diga
que me haga un egoísta empedernido
que me enseñe a maldecir un poco
esta dulzura tuya
a huirte, hasta que la boca vuelva a saberme
a sangre.

a Patricia le diré que sí,
que mañana empiezo
que ya no habrá más metadona
ni más alcohol que me evite las resacas
que mañana es el primer día
de esta (in)sana (in)dependencia
y que desde mañana la vida será
un poquito menos linda.

viernes, 19 de enero de 2018

a la hoguera los archivos

dice Patricia, que por cierto
sonríe como si te conociera
que tal vez sea el momento de olvidarte
que te pase al pasado
que olvide Japón y tal vez Turquía,
y prepare una vida sin ti.
Patricia sonríe con los ojos cuando te nombra
definitivamente, te conoce
dice que le cuente a otro mis delirios de grandeza
que maldiga un poco
esta dulzura tuya
(bueno, eso Patricia no lo dice)
dice que juegue a no conjugarte
que cocine para dos para mí solo
seguramente me diga Patricia,
que te escriba los poemas que te deba
que son muchos,
aunque nunca te gustara ni una sola de mis letras.
que no cambie las condiciones del contrato
y que huya, que te huya tan rápido
que la boca me sepa a sangre
dice que no piense en nosotros,
sino en yo
curioso, porque lo dice mientras rodea tu nombre con un corazón
yo sonrío y le contesto:
no decías que habláramos de futuro, Patricia?
y así acaba otra sesión que tiro.
dice también
que te borre todas las palabras,
y en ello estoy
que borre tu sonrisa de mi alma
que sea un mediocre feliz, por mí y por todos mis compañeros.
dice que no me compare,
y que ni mucho menos te compare a ti.
que funda a negro los recuerdos.
y que donde la boca me sepa a sangre, una vez te haya huido.
allí me quede.
pero escribes y vuelves,
vuelves y escribes,
y yo vuelvo a pasar del mono a la metadona,
de tenerte de resaca, a volver a estar borracho
y vuelvo a buscarte para encontrarme
o a este echarme de menos de cuando estoy contigo
a Patricia le diré que no he sabido
que prefiero una vida de anestesias
que puedo vivir sin ti pero no quiero
o que huirte
me viene demasiado grande
a Patricia le diré que no me sale
que no he sido capaz
que no tengo ni ganas, ni fuerzas, ni alma, ni vida
para curarme
le diré,

una vez más, que mañana empiezo

miércoles, 26 de junio de 2013

La última vez que me besaste
el verano había concentrado todo su calor en aquel patio
Y Eduardo Mendoza se nos había metido por los oídos,
con más pena que gloria. 
- Me gustó más la primera- dijiste 
y mi mente se trasladó a un San Juan en Barcelona, 
que sin ti es un pueblo. 
La última vez que me besaste nadie tocaba el violín, 
ni una maldita florecita, ni un arco iris sobre mí.
Y tu sonrisa era la última de tantas veces. 
Ha llovido desde entonces, 
yo creo que más que nunca, 
tal vez nunca vuelva a hacer el mismo calor de aquel verano, 
o que las última veces, acaben siendo la última
de repente.
- Este es el último poema que te escribo- Me he dicho tantas veces. 
Y aquí sigo. 
Ahora ya he perdido la esperanza
de olvidarte incluso, 
para qué si siempre vuelves
aunque solo sea a mi memoria
La última vez que me besaste
se quedaron miles de poemas incompletos
tal vez como este. 

domingo, 26 de mayo de 2013

Futuro impertecto

aún te queda valor para llamarme
como si tu imagen se hubiera diluido
entre las hojas del calendario
como si el viento hubiese llenado de polvo
los puntos de mis cicatrices.

aún me queda valor para llamarte,
hace tiempo que sé que no respondes
como si mi cara se hubiese diluido
entre las sábanas de otro calendario.

ya ni siquiera conozco tu voz.

ayer soñé contigo, y me besabas
aún eres capaz de recorrer el calendario
hasta en mis sueños, para dolerme.
yo lo recorro hacia adelante
buscando el día en que tus manos
ya no me susurren por la espalda.
el día en que me dé cuenta
de que ser feliz era esto:
el futuro imperfecto.

tal vez allí te olvide,
olvidaré que mi sonrisa
se parecía demasiado a tu perfume
que mi mirada
se parecía demasiado a tus manos
olvidaré que mi ritmo
se parecía demasiado a tu piel

aprenderé nuevas palabras
que espero
no sepan atarte los vestidos
caducaré en los besos que quieran darme
aunque ya no me hagan falta
y dormiré abrazado al amor pensándote en el sexo.

necesitaré más de un vals para olvidarte
y la ciudad parecerá un mundo
del que seguramente huya.

le he puesto tu nombre a mi nostalgia

aún te queda valor para llamarme
y a mí me lloran las palabras cuando te escucho
así que se te llenó la casa de silencios
la mía ya lo estaba

- cómo estás? preguntabas.
tratando de olvidarte, así estoy.
- bien.-  contesto yo  -como siempre.
a nadie le importa ya este presente imperfecto


martes, 7 de mayo de 2013

El poema que se acabó llamando como tú.


siempre pensó que ninguno de mis poemas llevarían su nombre,
o se escribirían en sus letras, al calor de sus sonrisas, con versos salidos
de un probador en una tarde de viernes.

no te sientas obligado, me dijo.
pobre mía, como si con un verso, y encima de los míos
pudiera pagarle todas las deudas que tengo con ella
como si ciertas miradas pudieran apagarse con la obligación
y algunos versos.

podía hacer el amor en cualquier lado,
a veces lo hacía en la cocina, y lo llamaba tiramisú.
a veces lo hacía en papel cuando escribía bonito,
porque lo hacía, muy bonito
algún día, ingrato de mí, tal vez olvide sus letras,
su cara, y puede que tal vez,
olvide cómo hacía el amor en la cocina.
me inventaré entonces su nombre, y la llamaré Laura,
como hace Ernesto
para que alguno de mis poemas se llame como ella.

no te sientas obligado, me dijo,
pobre mía, como si en un par de besos,  y encima de los míos,
cupiera todo el amor que le ponía a las cosas.
yo que nunca supe hacer nada con amor,
lo mejor que pude hacer fue salirme de su vida,
eso sí, el día que aprenda, lo llamaré tiramisú
y a este poema, que nunca fue obligado

lo llamaría Laura.