se llamaba Leonor y era sirena
una de esas de verdad
capaz de bucear por tu cabeza
casi sin proponérselo
sus piernas medían cuatro o cinco suspiros
algunos días incluso más
se llamaba Leonor y era poema
le quedaba bien a todas las faldas
y mal a todas las conciencias
incluida la mía
le quedaba bien a todos los colores
sobre todo si acababan en deseo
se llamaba Leonor y era flamenco
flamenco por alegrías
sus piernas medían tres o cuatro silencios
de un compás de doce tiempos
se llamaba Leonor y era sonrisa
una de esas capaces de extinguir…
bueno, ustedes ya me entienden
sus piernas medían dos o tres atardeceres
cuatro, si los pasabas
sin ella
se llamaba Leonor y la música
le bajaba por los tobillos
bailando mariposas
un día, uno de esos en los que ya no deberían quedar más
dinosaurios
le confesé que sus piernas se merecían un relato
aunque en realidad pensara
que se merecían un libro
se llamaba Leonor
y era sirena
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