lunes, 6 de agosto de 2012

Retrato de fotomatón


- Por qué hacer infeliz a una mujer, cuando podrías hacer felices a muchas.- Eso me dijo, y acto seguido se rió, no con maldad, pero si con la malicia propia de alguien que sabe que acaba de programar una bomba de relojería.

Yo reí también, quizá porque en aquel momento no sabía que aquella frase me estaba dañando a futuro y con carácter retroactivo. Eso lo supe tiempo después, cuando caí en la cuenta de que yo en realidad habría preferido hacerla feliz a ella muchas veces, que hacer infeliz a cualquiera tan solo una vez.

Hace unos meses que se marchó, aunque su tacto aún me recorre las manos, como si de un dolor fantasma se tratara. A veces, incluso su voz me despierta en medio de la noche, aunque en realidad me despierta mi propia voz llamándola.

Acabé por acostarme con otras chicas, tal vez porque era la única manera de masturbarme sin pensar en ella, sin pensar en ella y sin llorar, que desde hace demasiado tiempo va unido.
Por qué hacer infeliz a una mujer? Repito una y otra vez en mi cabeza, sabiendo que la respuesta es que no puedo hacer felices a muchas si no soy feliz yo, y que eso dependía tanto de ti, como dependen mis erecciones de tu recuerdo.

Abro una cerveza y pongo las noticias. Siempre me digo lo mismo: -Hoy va a ser el día en que te olvide.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario