martes, 25 de septiembre de 2012

martes


Amanece la noche desierta de tu sonrisa 
amanece el insomnio abrazado a tu ausencia desnuda
amanece el sabor salado de una lágrima que llega a mi boca
sin venir de tu boca
amanezco envuelto de tu soledad
que me acaricia el pelo, que me susurra al oído,
que me canta canciones de amor envueltas en papel de aluminio
me desgarra los tobillos y me ulcera las córneas

amanece tu sonrisa desierta en la noche
amanece otra vez tu abrazo que viene a regalarme el insomnio
una vez más que no te tengo.
amanece el latir desnudo de tu recuerdo
que me desnuda y me mete en la cama,
y me acompaña, y me besa la cabeza
hasta que pasa la resaca.
amanece este otoño que llegó en febrero
este martes de cristal que sabe a domingo
estas ganas de matar sin mi permiso.

amanece un beso tuyo
que se ahoga en mi garganta
amanece el ocaso del relato erótico
que debería escribirte con saliva
desde el tobillo hasta la nunca,
desde mi mirada a tu sonrisa
desde mi punto y a parte
hasta tu punto y seguido

amanecen, cada noche,
tus palabras que me desnudan la conciencia
y me matan de frío
amanece un nuevo verso empapado en un sudor
que ya no es tuyo.
ni mío, ni de nadie.

amanece Budapest en tu silencio
una mala conciencia con nombre de cuidad
un acorde indefinido
amanecen tus ganas de dormir y yo contigo
mis manos de madera plagadas de astillas que huelen a ti
pero que saben a nada
mis labios de cartón que besan escarcha disfrazada
mi voz

amanece la noche desierta de tu sonrisa
amanece tu ausencia desnuda que me abraza el insomnio
amanece mi boca que busca tu boca
y encuentra una lágrima
este martes de cristal que sabe a domingo
este lunes de mierda.

amanece este siempre
repleto de nada
sin ti


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