se me ocurre que tal vez tengas
razón
y que solamente seas
uno de esos misteriosos
caprichos del destino
una tormenta de agosto
que impregna su olor al resto del
verano
es posible, no lo niego
que después de cierto tiempo
encuentre a alguien
que me obligue a llamarte a
escondidas
a escribirle los poemas que
quería dedicarte a ti
o simplemente
que en un gesto clandestino de
egoísmo.
le haga el amor a cualquier otra
que no se lo merezca.
para acabar masturbado de tu
recuerdo
recordaré entonces
como tus uñas empapaban de sudor mis sábanas
y como tu olor me arañó mil veces
el cerebro.
nunca fui tan joven, tan niño,
tan pequeño
tan inocente y tan inexperto.
tan vulnerable,
como lo fui contigo.
si eres un capricho vete pronto
y déjame que aprenda como sabe
el tacto de las manos que no
saben a ti
enséñale a las otras a decir mi
nombre
para que no me suene raro
y espárceles tu aroma por el pelo
para que no me pierda
enséñame a mí, si tienes tiempo
lo que se ve cuando cierras los
ojos
y no apareces tú.
ni yo ni nadie,
que no se te olvide enseñarles
cómo se daban aquellos besos
cuando se te escapaban de las
ganas
joder ¿por qué te has ido?
por qué mis erecciones dependen
de vengas a mi mente
y mis dedos siguen buscando tu
boca para callarme yo mismo.
si eres un capricho, que lo dudo
enséñales también
a dar las buenas noches y a
reírse
a reírse por favor, que aprendan cómo reírse
para que pueda encontrarlas
enséñales cómo se puede excitarme
con solo un par de palabras
y el beso que nunca llega
o a lamerme las heridas que me
provocó el tiempo.
no es injusto que te vayas
lo es que no intentaras quedarte.
que entiendan sin asustarse
que hacer el amor si no es
contigo
es jugar a los médicos
no les digas que tengo cicatrices
imborrables
quemaduras caprichosas del
destino.
tal vez tú seas uno,
y te dé la razón, y me vaya.
para volver cuando quieras
siempre.
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